sábado, 22 de enero de 2011

¿Cómo se deja el alcohol?
¿Cuándo dijimos qué no?
¿Dónde quedaron los últimos "cinco" si sé, qué te los dejé a vos?
¿Cómo se hace para parar?
¿Cómo se siente no vivir más?
¿Cómo se hace para seguir amando sin tener qué perdonar?
¿Cómo la muerte se mete en tu sangre?
¿Cómo las luces te atrapan?
¿Cómo el misterio se vuelve dolor?
¡Cuánto tiempo perdido!
¿Cómo se siente no sentir temor?
¿Cómo se fueron las claves del sol?
¿Cómo a los ángeles qué mueren de hambre, no los ayuda mi Dios?
¿Cómo se gana en la vida?
¿Cuánto se pierde ganando?
No veo ninguna ruina en aquellos que murieron avanzando.
Siempre que perdemos el tiempo con preguntas,
siempre ganaremos en algo pero será en dudas.
Y a veces las dudas nos tapan el sol,
como nubes de otoño.

Un minuto






Estaba entusiasmado como rey en los caminos 
yo que nunca hasta ahora de mi barrio había salido. 

Estaba ejercitando una garganta desprolija, 
fue un chiste, fue la vida o una mueca del destino. 

Estaba empezando a preguntarme cosas raras 
¿qué busca la gente cuando uno solo canta? 
Será la necesidad de no sentirse nadie 
soy uno más de ellos y menos uno en casa. 

La vida dibujó una sonrisa en mi cara 
y en un minuto triste la borró como si nada. 
Ay de mí, ay de vos, 
ay de todos... 

Estaba jugando a extender mi único sueño 
mi sangre despertaba en el crepúsculo del día. 
Estaba debatiendo entre la gloria y el tropiezo, 
si era buen amante, tormentoso, callejero. 

Estaba despidiendo viejas penas en la vida, 
estaba descubriendo el valor de la dulzura, 
si era apasionado o un tonto de atropellos, 
si tenía fundamentos o era pura espuma. 

En un país de heridas donde nunca se las cierra, 
dormimos todos juntos sobre penas nuevas. 
La luna va al eclipse y el sol se queda solo, 
y al viejo laberinto le cuesta abrir la puerta.